Guía completa sobre los vinos de Jerez: tipos y maridaje

El mundo del vino de Jerez es tan fascinante como diverso. Originario del soleado Marco de Jerez, en Andalucía, este vino generoso esconde tras de sí una riqueza de estilos, procesos de elaboración singulares y una tradición centenaria. Desde los vinos secos y ligeros que se crían bajo un velo de levaduras, hasta los intensos y complejos nacidos de la oxidación o los dulces y untuosos procedentes de uvas pasificadas, cada tipo de Jerez ofrece una experiencia única.

Si quieres adentrarte en este apasionante universo vinícola, esta guía completa te descubrirá las claves para entender y disfrutar de los diferentes tipos de vinos de Jerez.

¿Cuáles son los vinos de Jerez?

Lo que distingue a estos vinos generosos, protegidos por la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry, es un proceso de elaboración y crianza único en el mundo. Este proceso a menudo implica la participación de la "flor", un velo de levaduras que crece sobre el vino, y el particular sistema de "soleras y criaderas", un método dinámico de envejecimiento que mezcla vinos de distintas añadas para mantener una calidad constante.

Entender qué tipo de vino es el jerez es abrir la puerta a un universo de sabores y aromas inigualables. Si estás pensando en comprar vino generoso, los vinos de Jerez de la Frontera son una opción con mucha historia y carácter.

Tipos de vinos de Jerez:

Los principales tipos de vinos de Jerez, que varían en función de su crianza y elaboración, son:

Vino fino de Jerez:

Este es un vino fino de Jerez. Se cría exclusivamente bajo el velo de flor durante todo su envejecimiento. Es un vino pálido, seco, ligero y punzante en nariz, con aromas a almendras, levadura y notas salinas. En boca es muy seco, fresco y delicado. Es el arquetipo de la crianza biológica.

Vino manzanilla: 

Similar al vino fino, pero su crianza biológica tiene lugar exclusivamente en las bodegas de Sanlúcar de Barrameda, un entorno que le confiere un carácter aún más ligero y salino, de color amarillo pajizo y con un toque de amargor que la hace muy refrescante. También se cría bajo velo de flor.

Vino amontillado: 

Es un vino que comienza su crianza bajo el velo de flor (como el fino o manzanilla) y después pasa a tener una crianza oxidativa. Esto le otorga una complejidad fascinante, combinando aromas de la crianza biológica (levadura, almendra) con los de la oxidación (avellanas, maderas viejas, tabaco). Son vinos secos, con más estructura que el fino o manzanilla.

Vino oloroso: 

A diferencia de los anteriores, el oloroso se cría siempre de forma oxidativa, sin velo de flor. Esto le permite desarrollar más cuerpo y un color más oscuro. Sus aromas son intensos y complejos, recordando a frutos secos (nueces), maderas nobles, especias y cuero. En boca es seco, potente y persistente.

Vino palo cortado: 

Considerado por muchos como el vino más enigmático de los vinos de Jerez. El vino jerez palo cortado nace de mostos que en principio iban para fino o amontillado, pero que por alguna razón la flor se pierde o se decide eliminar. Continúa entonces con crianza oxidativa. El resultado es un vino que combina la delicadeza aromática del amontillado (notas de avellana y ebanistería) con la estructura y corpulencia en boca del oloroso. Es un vino seco, elegante y complejo.

Vino cream: 

Otro vino generoso de licor, más dulce que los medium. Se elabora a partir de un oloroso seco al que se le añade una cantidad considerable de vino dulce natural, generalmente Pedro Ximénez. Son vinos oscuros, densos, untuosos y muy dulces, con alta concentración de azúcar, con aromas complejos de la crianza oxidativa y notas de pasas y caramelo.

Pedro Ximénez (PX): 

Es un vino dulce natural elaborado exclusivamente con uva Pedro Ximénez pasificada al sol. El mosto resultante es extremadamente dulce. La crianza suele ser oxidativa. Son vinos de color caoba muy oscuro, casi negro, densos y muy dulces. En nariz y boca abundan las notas a pasas, higos, dátiles, miel, regaliz y café.

Vino moscatel: 

Otro vino dulce natural, elaborado con uva moscatel. La crianza puede ser oxidativa o no. Son vinos aromáticos, con notas florales (rosa, geranio) y a frutas tropicales y cítricas. Su dulzor es elevado, pero suelen tener una acidez que los hace más frescos que el Pedro Ximénez.

Tipos de maridaje para el vino de Jerez

La riqueza y variedad de los vinos únicos de Jerez permiten exploraciones gastronómicas interesantes. Aquí te presentamos algunos maridajes para esta amplia gama de vinos de Jerez:

Fino y jamón ibérico

Un clásico que funciona muy bien. La sequedad y la punzancia de un buen fino, con sus notas almendradas, contrarrestan la grasa del jamón ibérico de bellota y realzan su sabor característico. Sin duda, uno de los mejores vinos con jamón es un fino bien frío.

Manzanilla y pescado frito

La salinidad y ligereza de la manzanilla, especialmente la de Sanlúcar de Barrameda, la hacen una opción muy buena para acompañar frituras, en particular de pescado. Consejo: limpia el paladar y refresca con cada bocado.

Amontillado y consomé o sopas cremosas

La complejidad del amontillado, con sus notas de avellana y toques que recuerdan a la madera, combina bien con consomés, sopas de cebolla o cremas de ave. Su estructura acompaña la intensidad del plato.

Oloroso y carnes rojas o guisos potentes

Un oloroso seco y con carácter, con sus aromas a frutos secos, madera y tabaco, es un compañero acertado para carnes rojas a la parrilla, estofados de ternera o platos de caza. Su cuerpo y persistencia complementan la intensidad de la carne.

Palo Cortado y quesos curados

El vino de Jerez Palo Cortado, con su interesante equilibrio entre la finura de un amontillado y la riqueza de un oloroso, marida estupendamente con quesos curados de oveja o cabra. La complejidad de ambos se complementa.

Medium Sherry y foie gras o patés

Los Medium Sherry, con un punto de dulzor, crean un contraste sabroso con la untuosidad y el sabor intenso del foie gras o los patés. Es un maridaje con cierto toque de elegancia.

Cream Sherry y repostería no muy dulce

Los Cream Sherry, vinos dulces y untuosos pero con la complejidad de la crianza oxidativa, pueden acompañar postres que no sean excesivamente azucarados, como tarta de manzana, bizcochos o frutos secos.

Pedro Ximénez y postres de chocolate negro

La intensidad, dulzura y notas a pasas, dátil y regaliz del Pedro Ximénez lo hacen un maridaje muy bueno para postres de chocolate negro, coulant o brownie. Una combinación que gusta mucho.

Moscatel y postres con frutas

El moscatel de Jerez, aromático y con notas a flores blancas y frutas tropicales, es una opción buena para postres que incluyan frutas, como macedonias, tartas de frutas o sorbetes.

Esperamos que estas sugerencias te animen a explorar la amplia y fascinante variedad de maridajes que los vinos de Jerez pueden ofrecer. Cada botella es una oportunidad para descubrir nuevas combinaciones y disfrutar de momentos únicos en la mesa. ¡Anímate a probar y encontrar tu maridaje perfecto!